¿Qué son las metodologías Ágiles?
Cuando hablamos de la Metodología Ágil nos referimos a la gestión de proyectos mediante un enfoque iterativo, lo cual consiste, básicamente, en diseñar y producir en periodos cortos de tiempo, permitiendo con ello ofrecer a nuestros clientes un producto o servicio que se puede consumir en una fase muy temprana, así como información de retorno sobre los aspectos que pueden mejorarse o complementarse, sin esperar a ofrecer todo el producto con todas sus funcionalidades.
Metodología tradicional Vs. Metodología Ágil
1 - La Metodología Ágile tiene aspectos que lo diferencian de las metodologías tradicionales, como:
- Los equipos son autoorganizados.
- Los requisitos cambian constantemente, son adaptables. Los cambios del proyecto son bienvenidos y aceptados.
- Los requisitos se priorizan por el valor que aportan al negocio.
- El estado del proyecto se mide por funcionalidad entregada.
- Los riesgos son administrados diariamente por todo el equipo.
- Al principio del proyecto, el cliente puede obtener partes o entregas del trabajo (entregas incrementales).
2 - Metodologías tradicionales, por el contrario:
- El enfoque del gerente no está en la gestión de proyectos y recursos.
- Los requisitos están definidos en su totalidad al inicio del Proyecto.
- Los requisitos se priorizan por dependencia entre ellos.
- El estado del proyecto se mide por el % de finalización.
- Los riesgos, generalmente, no se manejan a diario.
- El cliente necesita mucho tiempo para recibir el producto final.
- El cliente no interactúa durante el proceso.
Aplicando los principios ágiles, los proyectos son hechos por y para personas, por lo que la correcta aplicación de cualquier marco depende en gran medida de la forma en que piensan y razonan estas personas, lo cual se fundamenta en cómo han sido educados formal e informalmente para trabajar.
Los marcos “Waterfall” (metodologías de cascada) o predictivos se basan principalmente en definir claramente los requerimientos, requisitos o necesidades de los clientes desde un inicio para poder estimar todo lo necesario para cubrir estas necesidades, desde los recursos humanos, financieros, tecnológicos, hasta los posibles riesgos que pueden ocurrir durante la ejecución de un proyecto. Dicho de una forma más práctica, hay que tener todo listo para poder comenzar en un proyecto, sin embargo, los cambios constantes, inciertos y volátiles del mercado, la sociedad, los clientes y la tecnología hacen que la predictibilidad sea poco asertiva, ya que algo que hoy es seguro quizás mañana ya no exista o peor aún ya no sea de interés para mis clientes.
Es por esto y por muchos otros factores que los marcos ágiles como Scrum, Kanban, XP e incluso Lean toman gran importancia. Su primera característica es la adaptabilidad basada en el valor para el cliente, ayudándolo a través de la colaboración e integración a definir sus requerimientos, necesidades o requisitos poco en poco; permitiéndole validar en tiempos cortos y de forma parcial si su necesidad corresponde al valor que espera y por medio de retroalimentación activa sobre entregas funcionales tangibles, ir ajustando las características y desarrollando el producto o servicio hasta materializar el valor esperado, adaptándose a los cambios constantes del mercado.
Aunque uno de los mayores retos para ser ágil es ayudar a las personas a cambiar su forma de pensamiento, paradigmas y enseñanzas, hoy en día muchas personas conceptualizan Ágile como un “Waterfall rápido” recortando tiempo y recursos con fundamentos muy pobres logrando grandes fracasos, es por esto que el Ágile Coach debe hacer un cambio de mentalidad personal para ayudar a otras personas en esta transición.
El Manifiesto Ágile
En marzo de 2001 diecisiete críticos de los modelos de mejora del desarrollo de software basados en procesos, se reunieron en Salt Lake City para tratar sobre técnicas y procesos para desarrollar software.
En la reunión se acuñó el término “Métodos Ágiles” para definir a los métodos que estaban surgiendo como alternativa a las metodologías formales (CMMI, SPICE) a las que consideraban
excesivamente, “pesadas” y rígidas por su carácter normativo y fuerte dependencia de planificaciones detalladas previas al desarrollo.
Los integrantes de la reunión resumieron los principios sobre los que se basan los métodos alternativos en cuatro postulados, lo que ha quedado denominado como Manifiesto Ágil.
Principios del Manifiesto Ágile
- Nuestra principal prioridad es satisfacer al cliente a través de la entrega temprana y continua de software con valor.
- Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del desarrollo. Los procesos ágiles aprovechan el cambio para proporcionar ventaja competitiva al cliente.
- Entregamos software funcional frecuentemente, entre dos semanas y dos meses, con preferencia al período de tiempo más corto posible.
- Los responsables del negocio y los desarrolladores trabajamos juntos de forma cotidiana durante todo el proyecto.
- Los proyectos se desarrollan en torno a individuos motivados. Hay que darles el entorno y el apoyo que necesitan, y confiarles la ejecución del trabajo.
- El método más eficiente y efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo y entre sus miembros es la conversación cara a cara.
- El software funcionando es la medida principal de progreso.
- Los procesos ágiles promueven el desarrollo sostenido. Los promotores, desarrolladores y usuarios debemos mantener un ritmo constante de forma indefinida.
- La atención continua a la excelencia técnica y al buen diseño mejora la agilidad.
- La simplicidad, o el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado, es esencial.
- Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos autogestionados.
- A intervalos regulares, el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para, a continuación, ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia.
Si necesita ayuda, puede consultar nuestro Servicio de Consultoría Lean en Mejora continua, dirigido tanto para laboratorios como para empresas industriales de cualquier sector