15 | marzo | 2022

Enfermedad del legionario

Enfermedad del legionario o legionelosis

Se manifiesta como una neumonía, siendo una enfermedad multisistémica con implicación pulmonar. El periodo desde la exposición al agente infeccioso hasta la aparición de los primeros síntomas suele ser de entre 2 y 10 días.

Comienza con fiebre, escalofríos y cefaleas. Posteriormente, aparecen los primeros síntomas respiratorios caracterizados por tos inicialmente no productiva. En ocasiones pueden aparecer alteraciones digestivas, cambios en el estado mental (letargo, confusión y desorientación) y dolores musculares. El patrón radiológico es similar al de otros casos de neumonía, desarrollándose infiltrados que afectan a uno o más lóbulos pulmonares. En ausencia de tratamiento, durante la semana inicial hay un empeoramiento de la enfermedad, lo que puede terminar en un desenlace fatal, normalmente debido a fallos respiratorios, renales y multiorgánicos.

La amplia variedad de síntomas asociados a la enfermedad complica su diagnosis, siendo necesaria la realización de pruebas específicas para identificar la bacteria causante y poder diferenciarla de otras neumonías causadas por diferentes agentes infecciosos. Por esto, se considera que los casos de neumonías causadas por Legionella puede ser en realidad mucho mayor que los reportados a las autoridades sanitarias.

¿y por qué se llama la Enfermedad del legionario?

En julio de 1976, se celebró en el hotel Bellevue-Stratford en Filadelfia la Convención de la Legión Americana. 600 de los más de 4000 asistentes (incluyendo familia y acompañantes de los veteranos) se alojaron en el hotel. Al segundo día de la convención, algunos de los participantes comenzaron a sentirse enfermos, con síntomas que incluían fiebre, tos y dificultad para respirar.

Aunque en un principio se pensó que podría tratarse de la gripe común, a los pocos días uno de los veteranos murió. En los días siguientes, de los 221 asistentes que presentaban síntomas, 34 fallecieron. Todos los pacientes presentaban los mismos síntomas; dolor de pecho, fiebre alta, congestión pulmonar y neumonía.

Las pruebas del laboratorio no encontraron pruebas que indicaran que el causante fuera el virus de la influenza, descartándose así la gripe como la causa de los fallecimientos. Durante varios meses no se encontró la causa del brote, aunque se consideraba obvio que un mismo agente era responsable de todos los casos acontecidos.

La atención mediática se agudizó, empezando a aparecer teorías conspirativas que incluían desde ataques comunistas a experimentos secretos de la industria farmacéutica.

Por su parte, los investigadores consideraban que posiblemente la enfermedad no tuviera un origen bacteriano.

A finales de año, el Dr Joseph McDade inoculó cobayas con muestras biológicas de los fallecidos durante el brote. En estas muestras observó células macrófagas con bacilos en su interior. Tras una serie de pruebas y utilizando embriones de pollo para la réplica de la bacteria, se confirmó el aislamiento del agente causal de la que se bautizó en referencia a las víctimas del hotel Bellevue-Stratford, "la enfermedad del legionario". La bacteria aislada se llamó Legionella pneumophila, y se comprobó la dificultad que suponía su crecimiento en el laboratorio, teniendo unas necesidades nutricionales que incluían altos niveles del aminoácido, cisteína, suplementos férricos, bajas concentraciones de sodio y carbón activo para la absorción de los radicales libres.

El equipo de investigación inoculó en un primer momento ratones, pero luego se demostró que los macrófagos de ratón son altamente ineficientes fagocitando Legionella, por lo que el modelo animal utilizado no ofreció ningún resultado. Finalmente, una vez aislada la bacteria, se inició la búsqueda de su origen, encontrándose que sus características coincidían enormemente con otras bacterias consideradas termófilas que habían sido aisladas en aguas termales en hábitats naturales. La búsqueda de la bacteria en hábitats acuáticos permitió su aislamiento en muchas instalaciones hídricas artificiales, sobre todo en torres de refrigeración.

*Actualización: Nuevo Real Decreto Legionella RD 487/2022

 

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