Sean grandes, medianas o pequeñas, todas las empresas persiguen un mismo objetivo: minimizar sus fallos y optimizar los recursos. En definitiva, buscan la mejora continua. Para conseguirla, optan por diversas estrategias a seguir, implementan distintas políticas de control de calidad y confían en consultores; pero los resultados no siempre son los esperados.
Lo cierto es que se necesita una herramienta potente, capaz de mejorar los procesos de forma objetiva y rigurosa. Y esa herramienta se llama Six Sigma.
Una forma de trabajar estructurada, metódica y sistemática, que define cómo funciona cualquier empresa y le permite reducir la variabilidad y los errores en cada proceso.
¿Quieres saber un poco más? En ese caso, te invitamos a leer este nuevo post.
¿Qué es Six Sigma o Seis Sigma?
En un mercado empresarial globalizado, donde la eficiencia y la calidad son fundamentales para mejorar la competitividad, Six Sigma -también conocida como Seis Sigma- supone una metodología revolucionaria.
Metodología Lean que nació de la mano de Bill Smith, vicepresidente de Motorola allá por la década de 1980, y cuyo objetivo es eliminar los defectos y maximizar la calidad en los procesos de producción de un negocio. ¿Pero cómo? Pues Six Sigma se apoya en el uso de datos y en el análisis estadístico para identificar y eliminar las causas de esos defectos o fallos.
En este método, los defectos por millón de eventos u oportunidades (DPMO) sirven como indicador de la calidad de los procesos. Su máxima es que no deben existir más de 3,4 defectos por cada millón de unidades.
Así, 6 sigma se aleja de otros sistemas de gestión de calidad más rígidos o subjetivos, ya que se basa, en gran parte, en modelos estadísticos que permiten conocer cómo funciona una empresa, cuántos fallos comete y, por tanto, cómo puede mejorar y controlar esa desviación.
Se asienta en los gráficos de control, el cálculo de estadísticos descriptivos (la media, la varianza, los cuartiles) y el uso de herramientas de la estadística inferencial (ensayos de hipótesis, ANOVA, análisis de regresión y correlación).
Por supuesto, las ventajas de este proceso de mejora son muchas y no solo se traducen en una calidad óptima de cada producto o servicio, sino también en la satisfacción de los clientes, la reducción de costes y el aumento de la productividad.
Samsung, Sony y otras compañías tecnológicas de origen anglosajón y asiático fueron pioneras en la adopción de esta forma de entender, analizar y desarrollar sus procesos. Pero, en la actualidad, la metodología Lean Six Sigma ya forma una parte indispensable de pymes y grandes empresas nacionales de diferentes sectores, como la construcción o la alimentación.
¿Para qué sirve el modelo Six Sigma en calidad?
Ahora ya lo sabes: Six Sigma se ha convertido en un modelo esencial para la gestión de la calidad total en diversas industrias. Y es que su aplicación asegura una mejora significativa en los procesos productivos y los servicios de un negocio, y permite alinear la producción con las expectativas de calidad del cliente.
En resumen, las empresas, instituciones y laboratorios que adoptan Six Sigma lo hacen esperando un incremento en su rendimiento, eficiencia y competitividad, que se cumple notablemente.
Además, este método facilita la identificación de áreas de mejora continua en una organización, algo muy útil para que esta pueda mantenerse al día en su sector.
¿Cuáles son los 5 principios clave de Six Sigma?
¿Sabías qué el método Six Sigma se asienta en el llamado modelo DMAIC? Estas siglas corresponden a los términos en inglés Define, Measure, Analyze, Improve y Control. Básicamente, son las etapas que debería seguir cualquier empresa que quiera optimizar los procesos:
- Definir. El primer paso que establece el método DMAIC es identificar claramente los problemas y objetivos del proyecto en cuestión.
- Medir. Después, es necesario recopilar datos relevantes para poder analizar el rendimiento actual.
- Analizar. El siguiente paso es estudiar todos esos datos con el fin de detectar las causas reales de los defectos.
- Mejorar. Una vez identificadas, es vital implementar soluciones para eliminar los fallos y verificar su eficacia.
- Controlar. El último paso es mantener todas esas mejoras a través de la monitorización y el control del proceso.
¿Cómo implementar la metodología Six Sigma en tu empresa?
Si algo requiere la implantación de Six Sigma es compromiso, formación y una estrategia clara. Por eso este sistema de trabajo debe comenzar siempre con la implicación de la alta dirección. A partir de aquí, y gracias a las competencias adquiridas por los ejecutivos formados en esta metodología, empieza el proceso DMAIC.
Para poder liderar y ejecutar proyectos de mejora, el resto de los empleados también tienen que estar capacitados y contar con las herramientas necesarias. Cada fase debe ser llevada a cabo por personal formado, competente y autorizado. Es aquí donde entra en juego el departamento de Recursos Humanos.
Champion, black belt, green belt, yellow belt y white belt son los distintos niveles en la estructura organizativa de Six Sigma, y cada uno implica un grado de formación y un rol determinado en la empresa.
Como consultoría especializada en calidad, en TCM Metrología ofrecemos a las compañías diferentes certificaciones Six Sigma, que preparan a las compañías de forma integral para implantar esta metodología. Recuerda que es mucho más que una estrategia de mejora: se trata de una inversión en la excelencia y la sostenibilidad de tu negocio.
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