El origen de Lean Management se produce tras la 2ª Guerra Mundial
Las características del entorno económico después de la 2ª Guerra Mundial eran las siguientes:
- Los mercados eran estables y con una demanda creciente.
- La variedad de productos era escasa, especialmente en productos de cierta sofisticación tecnológica, y éstos se mantenían en el mercado sin cambios, con ciclos de vida largos.
- La preocupación fundamental de los clientes era obtener el producto, sin plantearse otros aspectos como la calidad o el servicio.
- Las tasas de interés con las que se financiaban los mercados era bajas y, al igual que los precios, permanecían inalterables durante largos períodos de tiempo.
Por otro lado, en el entorno de la segunda mitad del siglo XX se experimentaron los siguientes cambios:
- El incesante aumento de la oferta de productos tiene como consecuencia la saturación creciente de los mercados.
- La globalización de los mercados incrementa la competencia de empresas situadas, en ocasiones, a miles de kilómetros de distancia.
- La crisis del petróleo fue un factor desencadenante que puso de manifiesto la importancia económica del stock, al dispararse los tipos de interés y con ello el coste de adquisición y mantenimiento del stock.
- Los clientes disponen cada vez de más información e influencia. Estos se vuelven más exigentes en términos de calidad, precio, rapidez de respuesta y variedad, y exigen productos cada vez más personalizados
- La importancia de los errores y de sus efectos se hace cada vez mayor:
- El cliente concede cada vez más importancia al servicio que presta el producto en sí mismo.
- Se hace necesario garantizar que el producto cumpla satisfactoriamente la función deseada durante toda su vida útil.
- La importancia de la calidad no aumenta sólo como un deseo del cliente, sino que se convierte en una necesidad cuando en los productos se integran componentes cada vez más complejos.
- Los ciclos de vida (introducción, crecimiento, madurez y declive) de los productos tienden a hacerse más cortos, y los diseños de los productos y sus variantes son cada vez más frecuentes.
Los cuatro factores de la competitividad
En este entorno, cuatro son los factores que aseguran la competitividad de un producto o servicio y con ello la de la empresa misma:
Por lo tanto, se puede decir que cuando el producto o servicio que ofrece una empresa, incorpora la calidad que exige el mercado, y se entrega en el tiempo que éste espera, además de ofrecerse a un precio que el mercado está dispuesto a pagar, se puede decir que el producto o servicio es competitivo.
La flexibilidad es necesaria para adaptarse a las necesidades cambiantes de los mercados.
Podemos afirmar que el origen del Lean Management surge por la necesidad que tienen las empresas, de lograr que un producto o servicio sea competitivo y con ello la empresa misma. Por lo que se necesita apostar por nuevas formas de gestión, más eficientes, más agiles y, sobre todo, más enfocadas al cliente, el cual espera una respuesta rápida, correcta y económica.
Esta nueva forma de gestión es la Gestión LEAN (LEAN Management).
La Gestión LEAN tiene como características más importantes las siguientes:
- Una estructura liviana, ágil y flexible.
- Una dirección realmente comprometida.
- Un liderazgo real y efectivo.
- Unos recursos humanos y materiales flexibles y los relacionados con las personas, debidamente capacitados y motivados.
- El cliente como objetivo final y sus requerimientos como punto de partida de toda actuación.
En la Gestión LEAN, esta orientación al cliente pretende:
- Cubrir sus necesidades y requerimientos de forma correcta y rápida.
- Obtener su completa satisfacción y fidelización.
- Atender sus reclamaciones y, al mismo tiempo, minimizar su incidencia.
- Disponer de un amplio abanico de indicadores de sus preferencias.
Si necesita ayuda, puede consultar nuestro Servicio de Consultoría en Mejora Continua - LEAN, dirigido tanto para laboratorios como para empresas industriales de cualquier sector
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